En Prisma encontré el programa de capacitación misionera que buscaba. Fueron meses de mucho aprendizaje espiritual, cultural y misional; experimenté vivir y servir en diferentes contextos con personas de diferentes partes del mundo; pero lo más importante fue que Dios usó todo lo vivido para moldear mi carácter y mi corazón. Sin duda, Prisma fue una herramienta de Dios para transformar mi vida.

¡Mi vida cambió por completo! Me hizo ver el mundo de una forma que jamás imagine verlo, conocí mas a Dios y su amor por » mi, y por cada ser humano independientemente de su país, cultura, idioma o rasgo. PRISMA me armo de herramientas para un servicio entregado a Dios, me capacitó y me brindó conocimiento.

Durante 3 meses en Suiza, aprendí nuevas cosas: plantar, cosechar, alimentar animales, conocí misioneros y nuevos ministerios que te inspiran a moverte. En medio de este tiempo Dios formó mi carácter, mostrándome qué cosas necesitaba cambiar, qué hábitos y nuevos valores podía adoptar, el valor que tengo en sus manos y cómo cada proceso y experiencia de mi pasado es una herramienta para el presente.

En Prisma encontré el programa de capacitación misionera que buscaba. Fueron meses de mucho aprendizaje espiritual, cultural y misional; experimenté vivir y servir en diferentes contextos con personas de diferentes partes del mundo; pero lo más importante fue que Dios usó todo lo vivido para moldear mi carácter y mi corazón. Sin duda, Prisma fue una herramienta de Dios para transformar mi vida.